martes, 15 de julio de 2014

A los tiempos

Venía escondiéndome de ti para encontrarme contigo. No había notado que estabas mas alto porque para mi siempre lo fuiste, siempre reconocible y fácil de distinguir, te vi justo donde me dijiste que estarías esperando. Dejé los nervios a un lado, me acerqué y te saludé como si nos hubiésemos visto ayer, siempre con un abrazo fuerte.

Seguías siendo el adulto que siempre fuiste, sin embargo yo volví a ser como la niña que siempre veías, retrocedimos en el presente para actuar de una manera que alguna vez fue habitual. Resaltaste mi altura, me preguntaste que deseaba comer y empezamos a caminar juntos. No esperaba verte tan pronto ni que fuera cómodo nuestro encuentro.

Pensé que me encontraría tartamudeando o actuando como si no hubiera pasado nada entre nosotros, pero me impresionaste, no recordaba haber salido con alguien como tú, no recordaba haber salido con un caballero, basándome en una experiencia de relaciones sentimentales menos exitosa que cualquier otra cosa que haya intentado en mi vida.

Aclaramos ciertas cosas, solo cosas, nada que pudiera recordarnos que a cada rato nuestras vidas nos alejaban y sin traer a colación de que nos separaríamos de nuevo, no es algo en lo que quisiéramos pensar la primera vez que nos vemos en años.

No importa, porque cada vez que sé que te veré me pongo nerviosa, pero al verte vuelvo a estar tranquila. En este momento estoy nerviosa, escribo mientras te espero. Ya te extraño...

Te extrañé, te extrañaba, todo pasado. Siempre huyendo, es lo único que puedo pensar ahora de mí. Después de aquel apasionado beso, no puedo dejar de pensar en que ya no quiero hacerlo. Llamar demasiado al pasado puede hacer que el pasado conteste con recuerdos obsoletos, pero recuerdos al fin, y puede lograr que los recuerdos sean solo actos que vuelven a ser experimentados.

He vuelto a besarte, te volverás a ir, esta vez empiezo a invocar al futuro, sin entender exactamente lo que pasará pero intentando tener claro lo que ahora sucede. Obviamente no soy lo que tu esperabas o simplemente no soy lo que solía ser, o has cambiado tu, ahora me tomas en serio. De veras la edad es un obstáculo o un limite para ciertas relaciones. Mírame, estoy hablando de una relación, de algo que quieres tu que has decidido que serás ahora cuerdo, un hombre serio y estable, y lo pretendes con una loca desequilibrada.

Antes hablaba de volverte a ver y ahora solo quiero deshacerme de ti. Sea lo que sea parece que la falla está dentro de mí cuando tu has hecho todo bien, como debe ser cuando quieres estar con alguien, salvo que ese alguien no quiere estar contigo. No quiero estar contigo. Respuesta, frase, sentimiento cobarde. Pero lo único que no me devolvió el pasado fue el amor que te tenía. Solo indiferencia. Que atrevido fuiste al besarme. Ahora que saldremos de nuevo pasaré evitando lo inevitable.

Necesito de tu ayuda para quedarme sola, y me estoy quedando sin excusas para no verte, mas te estas quedando sin excusas para verme, y lo más perturbador es que no lo aprecio, eso hace que yo desee salir corriendo aún mas lejos.

Me seguiré arreglando, pues en media hora pasas por mí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario