lunes, 12 de enero de 2015

Dedicado a Quien se encuentra en el piso superior

No soy precisamente de una religión en especifico. Siento que si le cuento a cualquier sacerdote, pastor, rabino o mago acerca de mis intentos de oración hacia el Senior, todos y cada uno de ellos me dirían que lo estoy haciendo mal. No sabría tampoco si a lo que hago se le llama orar, mas bien parece que le pregunto cosas a Dios. Es que me preocupa que todos le pidan cosas en vez de preguntarle que le falta, o quizá se cansaron de preguntar sin respuesta, y se llaman a si mismos creyentes, si no saben ni en lo que creen.

Pues ese es mi placer de conversar, o de preguntar. No por juzgar a Dios pero hay cosas que quisiera saber. No me interesa el secreto para ser feliz o como debo hacer para tener mas dinero, eso es mundano. Tampoco quiero saber si me voy a ir al cielo por escribir esto. Una vez mas, el sacerdote, pastor, rabino y mago me dirán que no, que lo estoy haciendo mal.

Pero lo que realmente quiero saber es que si somos hechos a imagen y semejanza de dios, cuantas partes de su ojo son verdes y cuantas partes cafés, si sus pupilas son azules y el iris un poco magenta. También me gustaría saber como se encuentra, si esta feliz o cuantas veces llora al día por nuestra culpa, si llora, si se enoja, si se siente orgulloso o si siente que ya no estamos hechos a su imagen y semejanza y le da vergüenza avisar en otros planetas que en la Tierra hay vida, o si le asusta  decir que somos inteligentes porque no puede mentir.

Bombardeo de preguntas a Dios y puede que ya se haya cansado. Aunque estoy segura de que otras personas le pregunten cosas mas absurdas o le pidan tonteras o le hablen de política. No me imagino a Dios sonriendo cada vez que le hablen de política, es aburrido, y es una cuestión que divide a la humanidad; Dios no va a votar por ustedes, no le expliquen sus propuestas o perderán en su contienda. Pero Dios no es como yo, porque yo no me detendría a escuchar a quien me hable de política.

No puedo llamar a esto rezar, ni a este escrito una plegaria porque me apendrearian con Biblias, que se yo. Dios es un misterio, pero me cae bien, aunque no hable mucho definitivamente sabe escuchar. Estoy segura de que escucha muchas cosas y no lanza rayos directamente a las personas que le hablan pendejadas, incluyéndome. No soy nadie para cuestionar el color de sus ojos, pero soy curiosa. De todos modos quiero que sepa que le mando un saludo.

domingo, 4 de enero de 2015

Relación del humo y tabaco

Ni siquiera puedo decir que recuerdo
Aquel día que te di un beso
Naciente del silencio que fue un verso,
Que sería arisco o sería lo mas terso.

Pero te tuve y estaba segura,
De que a veces el amor perdura,
Lo que la lujuria estipula
Para después olvidarnos y ser caraduras.

Y una vez cumplido el objetivo,
Con un extraño y un breve amorío,
Jamas se me habría pasado el frío
Con un loco odiante tan sombrío.

Si te veo pasar no te reconozco,
Se ha borrado de mi memoria tu rostro,
Nada trascendente y con un bajo costo,
Y aún así recordando tal acto indecoroso.

La frustrada

Mi silencio no tiene un precio,
Pero creía que mi palabra si,
Y hablar es mas complicado para mi
Aunque por mis palabras no den un centavo.

Porque no soy testigo de un caso reconocido,
Ni amiga de alguien que le fue infiel a su novi@,
Aunque de algo sirvan mis palabras
Me ha demostrado el mundo que por ahora no valen.

Porque no soy juez ni periodista,
Ni trabajo en una línea caliente,
A esto se reducen mis palabras,
A las de una escritora que mas parece prostituta desempleada.

Y si callar no cuesta,
Pero si no hay valor en lo que hablo,
En lo que escribo, en los poemas que destruyo,
Por lo menos el valor sentimental lo neutraliza.

Hasta que llega la crisis,
Y la misma escritora lo nota,
Manda a la mierda a sus palabras
Las quema, detona los versos.

Pone una media en su boca,
Derrama tinta en sus escritos,
Y cuando ya no cree en si misma,
Sus palabras lo han perdido todo.